- ¿Julieta?
- ¿Si? - escuchar a su padre llamarla por su nombre completo significaba que se avecinaba una charla seria.
- ¿Qué tal vas con el psicólogo? - Julieta metió una gran cucharada de helado en la boca para no contestar. Su padre siguió. Lo que se venía no sería nada agradable. - Tu maestra me comento que estas yendo todas las semanas al psicólogo del colegio por causa de un percance que tuviste hace un mes con una muchacha. ¿Es eso cierto?
- Bueno... si te lo dijo la maestra, podría ser. ¿Por qué preguntas si ella ya te lo dijo?
- Es que nunca confío del todo en las personas que hablan mal de otros. - dijo metiendo una cuchara especialmente llena en la boca, para agregar a medio tragar. - Tu maestra es una de esas personas.
-Pues... es verdad. Me pelee con Jennifer. Es una presumida. Le agarre de los pelos y la zarandee como Dios manda.