Salió al cabo de media hora, vestida con un camisón largo color verde botella resaltando sus ojos naturaleza y el pelo envuelto en una toalla. La habitación seguía en penumbras así que no distinguió rápidamente a Pablo. Hasta que el hablo.
- Te tomaste tu tiempo, princesa.
Julieta se llevo otro susto de muerte. No fue una alucinación.
- ¿No alucine?
- Pues no. Sigo aquí.
- ¿Pero qué haces aquí?
- Quería verte. No fuiste a tu clase de piano.
- ¿Me espías?
- Para nada. Tu clase es al lado de la mía.
- Nunca te vi.
- Yo siempre te veía. Tan apurada y despatarrada.
- ¡No soy despatarrada!-se quejó la rubia mientras secaba su cabello con la toalla.
- Si lo eres.
- Ya está bien.- le corto, mientras tomaba un peine y comenzaba a peinarse.- ¿Qué quieres?
- Ya te lo dije. Hablar contigo.- se acercó a Julieta y tomo el peine entre sus manos.- ¿Puedo hacerlo?
- Yo... - pero n