Nona me envió por mensaje como me dijo, el número de vuelo y la hora que salía mi avión hacia Londres, la noche que pase en el hotel pude dormir y descansar bastante, al día siguiente, me marché de la habitación, cogi el ascensor para bajar a la cafetería y poder desayunar antes de coger un taxi que me acercara al aeropuerto. Después de tomarme el zumo y comerme los dos botillos que le pedí al camarero y que por cierto estaban deliciosos, me acerque a la recepción del hotel a pagar lo consumido y la habitación. Sorprendiéndome cuando la recepcionista me comentó que todo estaba pagado, me alegré mucho porque a mi no me quedaba mucho dinero y sabía que mi nona me estaba ayudando. La misma recepcionista me llamó al taxi que me llevó al aeropuerto.
Cuando llegué a Londres, vi a un hombre con traje y gorra que portaba en sus manos un cartel con mi nombre, me acerque a él sigilosamente porque ya no podía fiarme de nadie.
— Soy Alice Anderson — le dije con la voz temblorosa
— Señorita Ande