POV MAGNOS
Dije las tres palabras que, hace mucho tiempo, no decía a nadie. Las palabras que solo Amelia merecía oír: te amo. Salieron de mi boca con un nerviosismo palpable, como si fuera un adolescente confesando mi amor por primera vez. Amelia se quedó quieta, los ojos agrandados y sorprendidos, y yo podía oír su corazón dispararse. ¿O sería el mío?
—Son los dos corazones. ¡Qué bueno, Magnos, finalmente resolviste declararle tu amor a Amelia! —Cosmo comentó con un toque de felicidad, mientras yo comenzaba a sentirme afligido con su silencio.
—Creo que algo está mal... Está inmóvil y callada. ¿Será que no le gustó lo que oyó? —Pregunté a Cosmo, sintiendo el peso de la incertidumbre apretarme el pecho.
—Calma, solo está sorprendida. Habla con ella. —Sugirió Cosmo, tratando de tranquilizarme.
—Amor, ¿estás bien? —Pregunté, sin ocultar la ansiedad en mi voz. Amelia, de repente, abrió una gran sonrisa, pero, al mismo tiempo, lágrimas comenzaron a correr por su rostro. Mi corazón cas