BREEN
Las horas pasaron y una opresión en el pecho no me dejó tranquila. Llegó la noche y no aparecían, entonces, el sonido de un mensaje entrante en el móvil retumbó por la habitación.
Obviamente, se trataba de un número desconocido, mis manos temblaban de anticipación, y me temía de quién podía tratarse. Pero antes de hacerme ideas en la cabeza, preferí leer el mensaje.
"Me llevo a mi hijo, espero que todos estos años a su lado los hayas disfrutado, porque no lo volverás a ver. Pelearé con todo lo que tenga para quitarte la custodia completa, y si me apiado de ti, quizá te lo deje ver, pero no cuentes mucho con esa opción."
—¡Noooo! — grité y Hugges llegó lo más rápido que pudo a mi habitación.
—Breen, ¿qué sucede? —preguntó sin entender nada y con preocupación.
—Él se lo ha llevado, se llevó a mi hijo, se lo llevó —justo en ese momento, el timbre de la casa se escuchó. Bajé corriendo, pensando que se trataba de una muy mala broma por parte de Kellen o solo para hacerme enojar, no o