AMOR EN TIERRAS SALVAJES. CAPÍTULO 30. Un domingo con sabor a ansiedad
AMOR EN TIERRAS SALVAJES. CAPÍTULO 30. Un domingo con sabor a ansiedad
Chelsea se despertó con la sensación deliciosa de que no había dormido en absoluto, aunque su cuerpo entero lo desmintiera con cada músculo adolorido y satisfecho. Abrió los ojos lentamente y lo primero que vio fue la luz tenue que se colaba por las cortinas del hotel… y la silueta de Carter, acostado de lado, mirándola como si fuera lo mejor que había visto en semanas.
—No puedo levantarme —murmuró ella, enterrando el rostro en la almohada.
Carter soltó una risa baja, ronca, y la alcanzó para acariciar su espalda desnuda.
—Eso es maravilloso —dijo con esa voz suya que hacía que a ella se le aflojaran las rodillas, aunque estuviera acostada—. Yo planeaba sacarte a pasear, pero si no puedes moverte, también estoy feliz con el servicio a la habitación.
Chelsea levantó la cabeza para mirarlo, intentando poner su mejor cara seria, pero un pensamiento travieso la traicionó. Él la miraba igual, con esa mezcla de orgullo y