AMOR EN TIERRAS SALVAJES. CAPÍTULO 9. Una chica pequeña.
AMOR EN TIERRAS SALVAJES. CAPÍTULO 9. Una chica pequeña.
Chelsea logró convencer a Carter de que se dejara caer en uno de los enormes sofás frente a la chimenea. Él estaba terco, como siempre, intentando afirmar que estaba “bien”, mientras cada línea de su cuerpo decía lo contrario. Tenía la respiración pesada, el gesto cansado y un rubor febril que no cuadraba con su personalidad estoica.
—Siéntate —insistió ella, empujándolo apenas con una mano.
—Estoy sentado —refunfuñó él, aunque en verdad se dejó caer como si las piernas por fin aceptaran que ya no podían sostenerlo.
—¡Acuéstate, túmbate, posición inicial, como faraón, cara al techo, sin moverte! —se desesperó ella y Carter obedeció rezongando.
Chelsea buscó una manta gruesa, lo acomodó como si fuera un paciente rebelde y le pasó un termómetro que él sostuvo a regañadientes.
—No necesito esto.
—Ajá, claro que no. si quieres abro un hueco en la nieve y te dejo ahí, a que te cures como un lobo salvaje, a la intemperie… —contestó el