KIERAN:
Al fin regresamos a la manada, dejando a Elena atrás, tal como me sugirieron Fenris y Rafe. Llegamos en medio de la noche, y le he advertido a mi Luna lo que se va a encontrar al llegar. En nuestra habitación, me encuentro a la abogada Angela dormida.
—Vamos a otra habitación, mi Luna —le pido, aunque sus ojos están rojos, pero me sigue. Por suerte, la nana había arreglado una habitación muy hermosa en el lado opuesto de la mía, más lujosa y que tiene un pequeño cuarto para los cachorros con una sola entrada desde nuestra habitación, lo cual la llena de alegría. —Esta me gusta más. ¿Pusiste a Clara y a Fenris en la de al lado? Recuerda que no me puedo alejar mucho de ella —dice enseguida. —Están al lado. ¿Ves esa puerta allí? —señalo una en la esquina—. La puedes