CLARIS:
Nunca fui cobarde; me esforcé en ser fuerte para ayudar a mamá. La enfermedad de Clara la tenía aterrorizada, y a mí también. No podía imaginar mi vida sin ellas, por eso la amenaza del Alfa Kieran me aterró. Luego, esa extraña manera de comportarse me confundía. Por eso había comenzado a leer la novela: "Te prohíbo amarme, humana", que me había dejado en mi mesa. Esta explicaba bien la naturaleza de la dualidad de los hombres lobo.
Lo que más me gustaba era cómo la autora los veía no solo como una entidad única, sino como dos: el humano y el lobo. Algo que había empezado a hacer yo con el Alfa Kieran y su lobo Atka. Estaba muy confundida; podía sentir que el humano estaba molesto por lo que había hecho su lobo. Se había rebelado contra él y no solo eso, le había impedido ver lo que me hac&iac