ANGELA:
Los había seguido hasta el lugar donde nos quitaron el hechizo que nos había mantenido, durante tanto tiempo, encerradas en una personalidad que no era la nuestra. Pero al llegar a su entrada, a pesar de los gritos que escuchaba, el señor Ferry no nos dejaba pasar. Sabía que algo estaba sucediendo, podía sentirlo en mi propio ser, pero no comprendía qué podía ser.
Era abogada. Había estudiado durante muchos años y, aunque en nuestra vida familiar siempre existieron cosas que sugerían que había algo más allá de los humanos, nunca logré entender qué era… hasta ahora. Fuimos rescatadas de un extraño hechizo, y ese hecho me había traído a este lugar, dirigido por ese hombre, Kieran Therón, por quien sentía una atracción que escapaba a mi entendimiento. Era una necesidad casi visceral de estar a su lado