KIERAN:
Había permitido que Atka tomara el control, pero no al punto de perderme por completo. Aunque le di libertad, no dejé que me eclipsara; ambos sabíamos que esto no era una lucha, sino un equilibrio. Atka le había mostrado a Claris quién era realmente: una licántropa, una de los nuestros, y había dejado su marca en ella con una pasión salvaje y voraz. Sentir aquel poder desbordándose entre ambos era embriagador, un recordatorio de lo que éramos en nuestra esencia más pura.
A pesar de esa intensidad, permanecí alerta. Sabía lo frágil que podía ser el puente que ella intentaba construir entre su humanidad y lo que ahora formaba parte de su naturaleza. Por eso, mientras Atka disfrutaba de cada instante con ella, yo ya estaba planeando nuestro siguiente paso. Me comuniqué con Fenris, mi beta, a través del enlace, pidién