Derek observaba detenidamente los objetos que allí había cuando notó la proximidad del castaño.
Una mano de éste le acarició la nuca.
Usando su índice lo iba deslizando a través de ésta para arrimando su boca a uno de sus oídos musitar:
-No tengas miedo-
Derek tragó saliva al sentir cómo ambas manos del hombre se pasearon por su torso.
En sentido descendente.
Hasta que alcanzaron el filo de su camiseta.
Despacio, Mitch comenzó a empujarla hacia arriba hasta que consiguió quitársela.
Con la misma lentitud, agarró el elástico de sus pantalones y mientras besaba su espalda empezó a deslizar la prenda.
Al mismo tiempo que lo hacía, él fue bajando con su boca a través de toda la espalda para terminando de rodillas toparse con los glúteos del joven.
Como si fueran lo m