Capítulo 3.
De vuelta a casa.
Apenas el avión había aterrizado, buscó el viejo auto que había dejado guardado en el aeropuerto hacía ya mucho tiempo; por fortuna aún funcionaba y tenía el combustible necesario para regresar a su viejo Penthouse en la ciudad.
Al encenderlo tardó un poco en calentarse, pero era por lo anticuado que estaba el modelo, sin embargo, ante un apuro como este podía funcionar.
-Vamos cafetera, funciona para ir a descansar y luego ir a ver al viejo.
Después de unos 20 minutos el auto comenzaba a andar, no con la fuerza que había tenido hace mucho tiempo, sino un poco más lento, pero seguro, sin embargo, el clima había estado muy cambiante en los últimos días y una enorme lluvia empezó a caer en medio del tráfico: era tan fuerte, que cubría por completo la acera y los transeúntes corrían empapados a sus hogares.
- Pobres diablos, debieron pensar dos veces antes de nacer en la miseria…
Las palabras de Brian eran francas, eran duras y mostraban el evidente clasismo al que el joven estaba acostumbrado; después de que avanzara lo suficiente y entrara en ruta a la avenida que se encontraba despejada, el cielo empezaba a mostrar evidente signos de oscuridad y tormenta eléctrica.
Los rayos caían en diferentes direcciones y los truenos estremecían hasta al más valiente; Brian sentía un poco de frío, pero el Blazer que cargaba podía aguantar un poco más hasta que llegara a su viejo hogar.
Pero entonces el auto se descompuso en medio de la nada, no quería encender y hacía un ruido como el de un bostezo, hasta que en cierto punto ya ni el ruido hacía...
- No puede ser, esta cafetera se terminó de morir aquí, y justo este día, que es el de mi regreso, y para completar parece que la ciudad se está inundando…¿Por qué tiene que ocurrir esto?
…AAAWWW, SI NO FUERA POR EL VIEJO ESTARÍA EN MI CASA AHORA…
Por un rato el hombre se quedó allí esperando a que se secara algo su teléfono, que ya no tenía batería; así que salió del auto en plena lluvia y empezó a caminar en busca de un lugar cercano, pero en ese lugar dónde se había accidentado lo más cercano estaba a 2 km, y para colmo, las lluvias no cesaron sino que aumentaron gradualmente…
El hombre se encontraba completamente empapado como si acabara de caer en una piscina, estaba furioso, molesto, tenía frío, tenía sueño, tenía hambre, y aún sentía la vergüenza fresca en su mente por lo de su tarjeta rechazada…
Así, que deteniéndose un momento en la acera tomó un poco de aire, y aunque no había techo que lo cubriera sino monte a su alrededor, sin darse cuenta había pisado la cola de algo.
Y aquel algo había terminado siendo un perro, que en su defensa empezó a gruñirle y a ladrarle haciendo que el hombre intentara alejarlo con sus manos, pero el animal continuaba aumentando la intensidad de sus ladridos, por lo que en un momento, desesperado por alejarlo se quitó el saco y empezó a tratar de pegarle con aquella prenda…
Pero el animal terminó mordiendo la mojada prenda y de un tirón se la arrancó de las manos, para luego escapar de nuevo hacia el monte y haciendo que el hombre incrementara su frustración y caminara aún más rápido completamente empapado, sin saber cuánto faltaba para llegar a la zona más cercana para llamar a su padre o a su abogado.