La cafetería estaba impregnada con el aroma del café recién molido cuando Marcos y Olegda se sentaron en una esquina tranquila. Marcos miró a Olegda con seriedad antes de abordar el motivo de su reunión.
Marcos: (tomando un sorbo de su café) Olegda, necesito hablar contigo sobre algo importante.
Olegda: (asintiendo) Claro, Marcos. ¿Qué pasa?
Marcos: (suspirando) La abuela Elaine ha tenido una recaída. Creo que sería bueno que fueras a visitarla. Podría animarla un poco.
Olegda: (preocupada) Oh no, eso es terrible. Por supuesto, iré a verla. ¿Cuándo?
Marcos: (sonriendo) Mañana. Te pasaré a buscar por la mañana.
Olegda aceptó la propuesta de Marcos con gratitud. La idea de visitar a la abuela Elaine le parecía reconfortante, y estaba dispuesta a brindarle apoyo en ese momento difícil.
Al día siguiente, Marcos esperó a Olegda frente a su casa. Cuando ella salió, notó la expresión de preocupación en su rostro.
Marcos: (gentil) ¿Estás lista para ir a ver a la abuela Elaine?
Olegda: (asinti