Capítulo 23. Inevitable atracción
Alex llegó al apartamento de Marcus justo cuando el sol empezaba a trepar por el horizonte, tiñendo la ciudad de tonos anaranjados. Golpeó la puerta con firmeza, y Marcus, aún vestido de manera informal tras la noche agitada, le abrió casi de inmediato.
— ¿Qué pasa? — preguntó sin rodeos, notando la gravedad en el rostro de su mano derecha.
Alex entró y cerró la puerta tras de sí.
— Tengo información — dijo en voz baja —. Información certera... y delicada.
Se mantuvo de pie frente a Marcus, adoptando una postura tensa.
— Habla — ordenó Marcus.
— Los secuestradores confesaron esta madrugada. No actuaremos aún... salvo que tú lo decidas. Alex se detuvo un segundo, como si las palabras que iba a pronunciar tuvieran peso propio —. Fue Agata — soltó finalmente —. Ella pagó para atacarte a ti y a Sofia. El objetivo era asustarla, alejarla de ti... pero todo salió mal.
Por un instante, el silencio llenó el apartamento.
Marcus se quedó helado, el impacto reflejándose en sus ojos de pronto oscu