Mi hermano me miró con una pequeña sonrisa socarrona, percatándose de que había cambiado de tema a propósito. Si iba a hacer algo como eso, lo haría a mi modo. Pero me conocía, sabía que no quería seguir hablando sobre el tema.
—Vine a buscarte para que vayas conmigo a ver las nuevas instalaciones del estudio. Y luego podemos ir a almorzar juntos y seguir analizando el plan —insistió, y luego agregó, poniéndose de pie—. Gracias por la salida de ayer, Gloria está feliz. La pasamos muy bien. —Sí, yo también la pasé muy bien, David, demasiado bien —no puedo evitar sonreír al recordar lo sucedido. —¿Pasó algo con Clío? —enseguida lo notó y me preguntó. —No, ¿por qué lo dices? —traté de disimular. No quería c