Mundo ficciónIniciar sesiónLa boutique en el distrito exclusivo de la ciudad era el tipo de lugar donde los precios no aparecían en las etiquetas porque si tenías que preguntar, no podías pagarlo. Camila nunca había entrado en un establecimiento así sin que alguien le dijera exactamente qué debía comprar.
Hoy era diferente.
—¿Está segura de que no quiere que llame a la estilista de la señora?—, preguntó Marcus desde su posición junto a la entrada, sus ojos escaneando el interior con la vigilancia profesional que nunca abandonaba, incluso en medio de maniquíes y seda.
—Completamente segura—, respondió Camila, sus dedos rozando una tela color esmeralda que capturaba la luz como agua líquida—. Si voy a hacer esto, lo haré a mi manera.
Había algo liberador en esas palabras. Durante semanas había seguido reglas—las de su padre,







