POV Valeria.

El vacío que quedó tras el final del video me parecía intolerable. Sentía que el aire se volvía denso, que cada una de las palabras de Esteban me había atravesado como un puñal. Mi respiración era irregular, y aunque intentaba permanecer fuerte, unas lágrimas ardientes amenazaban con caer.

Cubrí mi rostro con las manos, como si eso pudiera frenar el dolor que me invadía. Esteban había sido mi pareja, el hombre al que confié sin dudar, y ahora se transformaba en un desconocido, alguien que había llevado dos vidas a mis espaldas.

Negué con la cabeza. Me sentía al borde del llanto.

—Adrián. Yo… ya no puedo escuchar más mentiras. Por favor, revisa tú lo que hay en esa caja fuerte. No tengo fuerzas.

Él me miró con seriedad y compasión. Era evidente que estaba pasando por un momento terrible.

—Está bien —respondió con suavidad—. Dame la clave.

Con la garganta seca, murmuré:

—04072010. El día en que conocí a Esteban… el día en que creí que había encontrado a mi otra mitad. Y ah