—¡No puede ser, esa maldita de Minerva! Con razón no bajó la cabeza como yo quería que lo hiciera— piensa en voz alta
—Francesca— escucha a Luigi suspirar
—mi amado, yo contigo hasta la muerte, no estoy aquí por gusto, si no por nuestro futuro. Debes creer en mí. No tengo las cosas fáciles como pensaba, la niñera me está estorbando
—¿Niñera, de qué hablas?
—la niñera de los mellizos, se cree la madre de ellos dos, aunque me da igual. Solo que esa niñera se le mete por los ojos a Leonardo y no me deja actuar. Ella es un estorbo en nuestro plan
—Envíame una foto de esa mujer yo me hago cargo de ese estorbo para dejarte el camino libre. Necesito que termines pronto, te necesito aquí a mi lado. Ninguna de estas putas saben hacerlo como tú y me estoy volviendo impaciente
—Lo que tú digas mi amor, por favor no me llames ni me envíes mensajes, yo te llamaré seguido, lo prometo. Te amo mi señor Conti
—carajo yo te amo más mi Francesca Russo, no olvides la foto, yo desaparezco a esa niñera