capítulo: Con demencia, sin compasión.
Sofía no lo quiere mirar, se siente sofocada y puede oír su acercamiento. —Mírame— Di Napoli está frente a ella y la ve negar con la cabeza y sollozar. —Sofía— se agacha cuidadosamente y observa que ella tiene puesto aún el vestido roto.
—Vete… déjame sola.
—No puedes estar aquí.
—Sé que es el escondite para emergencias, pero esta es una— se aferra a sus rodillas.
—Puedes estar aquí las veces que sea necesario, a lo que me refiero es que este es un momento crítico y no puedes permitir que te vean derrotada, tu ausencia lo demuestra.
—Tú no sabes lo que siento… y… tu presencia es más importante que la mía, solo… dame unos minutos y estaré como si nada hubiera pasado, yo puedo hacerlo, no es la primera vez— Di Napoli pasa saliva y suelta un largo suspiro.
—Ven aquí— la toma de los brazos.
—Déjame por favor— suplica.
—Sé buena chica— la hace ponerse de pie y el vestido se le cae a Sofía. Leonardo al verla pasa saliva y la ansiedad en su cuerpo por hacerla suya, tocarla, le excita demasia