Capítulo: Te advierto que no me detendré.
—Bien, ¿Qué quieres hablar?— pregunta Alexander volteando a mirarla, ya estando en la habitación y se cruza de brazos
Ella observa que él la mira con enojo y le duele, lo peor de todo es que él no lo comprende
—es importante Alexander y no me mires como si fuera tu enemiga
—no alucines. Es una lastima haberte, presentado ante mi padre, siento que cometí un gravísimo error, pero lastimosamente me sentía acorralado.
—¿Por qué me hablas con tanto desprecio? Ya estamos en la boca del lobo, no hay modo de retroceder. En vez de está diciendo estás cosas, deberías decirme cómo le vamos a hacer
—Maggie, tú no toleras mi presencia, está más que comprobado que prefieres estar ante cualquier otro hombre que conmigo. Pues algo se me va a ocurrir para darte esa libertad que tanto quieres y te largues de nuestras vidas
—¡Eso no será así! Sofía lo es todo para mí y ahora con mayor razón quiero seguir esto
—¡Tú no sirves para esto!— la señala
—¡No me grites idiota! Tu no me conoces y no sabes,