Apolo caminó por el parque hacia los autos que acababan de estacionar. Los dos hombres que había decidido guardar en su presente salieron del coche.
Ver de nuevo a Vladímir e Igor le dio una extraña sensación de omnipotencia ...
- Vladímir, Igor. Saludó con un asentimiento.
El más cruel de los dos, cuyo pecho estaba tatuado con una feroz bestia, se le acercó sonriendo.
- ¿Me crees si te digo que te extrañé? Vladímir dice en ruso, con su propia lentitud.
Él sonrió y le dio un abrazo.
- Ayer estuvimos hablando de ti. Agregó Igor viniendo a saludarlo a su vez.
¿- En realidad? ¿Estabas hablando de mí?
- ¿La explosión? Diste la vuelta al planeta en ochenta y diez segundos.
Apolo apretó los dientes.
Vladímir se apoyó en su coche y encendió un cigarrillo.
Apolo no podía pensar en ellos como viejos demonios de su pasado. Ambos habían dado sus almas por él, a pesar de que había un brillo peligroso en sus ojos, ninguno era realmente malo.
Al menos cuando todo sale como ellos quieren.
Vladímir f