Abrió los ojos lentamente, sintiendo el cuerpo pesado, los párpados un poco hinchados. Lo primero que vio fue el espacio vacío en la cama. Luego, escuchó el sonido del agua corriendo en el baño.
Por instinto, pensó en levantarse, ir hasta allí y meterse en la ducha con él. Sentir el agua caliente sobre los dos, los cuerpos reencontrándose una vez más. Pero el recuerdo de la madrugada... el dolor, la fragilidad que había expuesto sin querer... eso seguía dentro de ella. No podía fingir que nada había pasado. No podía simplemente ignorar lo que había sentido. El miedo aún estaba allí.
Entonces desistió.
Siguió acostada unos minutos más, hasta que el sonido del agua cesó.
Thor salió del baño envuelto en una toalla, el cabello aún goteando. Al verla despierta, se detuvo por un momento en la puerta. Las miradas se cruzaron.
Celina subió la sábana hasta el pecho, algo avergonzada, pero intentó sonreír.
— Buenos días...
— Buenos días — respondió él, con un tono tranquilo, pero con una mirada