Inicio / Romance / EL JEFE QUE ODIÉ AMAR / 4 - TIENES UN PERFIL INTERESANTE 
4 - TIENES UN PERFIL INTERESANTE 

Sentado detrás de la enorme mesa de caoba, mirándola con una mezcla de sorpresa y diversión, estaba él.

El mendigo, el vagabundo.

Sus ojos, ahora fríos y calculadores, la miraban con un ligero toque de diversión, casi de desdén.

Había algo diferente en él ahora... no solo el traje perfectamente alineado o el corte de pelo impecable. Era la forma en que la miraba. Como si hubiera ganado algún tipo de juego que ella ni siquiera sabía que estaba jugando.

—Señorita Bernardes... —murmuró, cruzando los dedos sobre la mesa—. Qué coincidencia tan interesante.

Celina tragó saliva, tratando de disimular su sorpresa.

¿Qué hacía él allí?

Y lo más importante: ¿qué sabía él de ella?

Celina aún sentía el impacto de la sorpresa mientras se sentaba en la silla de cuero frente a la enorme mesa de caoba. El impacto de encontrarlo en esa lujosa oficina, al hombre de aquella noche, al mendigo, la dejó sin palabras durante unos instantes. Estaba allí, frente a ella, como su posible jefe.

Thor Miller la miraba fijamente, con sus intensos ojos examinando cada detalle de su expresión. Como si se estuviera divirtiendo con la situación. No parecía sorprendido de verla, y eso solo la ponía aún más nerviosa.

—Señorita Bernardes —comenzó, con voz grave y cargada de una calma irritante—. Por favor, póngase cómoda.

Celina tragó saliva e intentó recuperar el control de sí misma. Enderezó la postura e intentó parecer profesional.

— ¡Gracias! —su voz salió casi en un susurro.

Thor se recostó en la silla, sin apartar la mirada.

—Antes de empezar, me presentaré. Soy Thor Miller, director ejecutivo de Miller Holdings. Mi abuelo, Thor Miller, y mi padre, Raul Miller, construyeron este imperio, y ahora yo estoy al mando. Soy presidente de T&R Enterprises y estoy llevando a cabo personalmente esta entrevista porque el puesto es para mi secretaria ejecutiva.

Celina asintió, sintiendo el peso del nombre Miller. Ese apellido era gigantesco en el mundo de los negocios. Sintió un escalofrío recorriendo su espina dorsal. ¿Trabajar directamente para él? Su corazón se aceleró.

— Insisto en seleccionar personalmente a la persona que ocupará este puesto —continuó él.

Celina tragó saliva, tratando de concentrarse.

—Entiendo —respondió.

Él se recostó en la silla, con los ojos entrecerrados, estudiando cada rasgo de ella.

—Tienes un perfil interesante... Son cualidades poco comunes. Y muy valoradas.

Su tono tenía un doble sentido. Celina sintió cómo aumentaba la tensión, pero no apartó la mirada, mantuvo una postura profesional, aunque sentía un peso aplastante en el pecho. Se preguntaba si realmente no iba a mencionar nada sobre la noche que habían pasado juntos. Aun así, se mantuvo firme, sabiendo que él la estaba poniendo a prueba.

— El puesto exige absoluta discreción. Cuando se trabaja directamente conmigo, surgen situaciones inesperadas constantemente.

Ella asintió en silencio. ¿Era una advertencia o una provocación?

Thor parecía empeñado en actuar como si nunca la hubiera visto antes.

En un momento dado, desvió la mirada hacia la ventana panorámica detrás de ella y, por un segundo, su mente lo traicionó.

Recordó la noche en el hotel.

Su cuerpo debajo del suyo, los gemidos ahogados por la almohada, el dulce aroma que impregnaba su piel...

Una ola de excitación recorrió su cuerpo, pero tenía demasiado control sobre sí mismo como para dejarlo traslucir. Endureció la expresión y lo disimuló con naturalidad, reanudando la conversación sin ningún cambio en su postura.

Celina se dio cuenta cuando sus dedos se deslizaron sutilmente sobre el borde del portátil. Fue rápido, casi imperceptible. Pero ella sabía lo que eso significaba.

Él estaba recordando.

Tratando de mantenerse firme, Celina cruzó las piernas y colocó las manos en su regazo.

— Ahora, dime... — Thor volvió a hablar con una voz cargada de una sutil nota de ironía—. Después de cinco años fuera del mercado, ¿qué te llevó a buscar esta oportunidad?

Celina dudó.

—Me estoy divorciando —respondió en voz baja.

Thor levantó una ceja y volvió a mirar el currículum en el portátil.

Una sonrisa casi imperceptible se dibujó en sus labios.

Recorrió con la mirada la información y su tono adquirió un matiz irónico.

—Interesante —murmuró, con un tono cargado de sarcasmo—. Aquí no menciona que está casada. Entonces, no es señorita... es señora Bernardes.

Sus ojos se fijaron en los de ella

Celina sintió que su cuerpo se paralizaba. La sangre le subió a la cara y le ardían las mejillas.

— Me pareció irrelevante mencionarlo.

Thor sonrió de lado, como si supiera que eso la incomodaba.

Cerró el portátil y cruzó los brazos.

— Si te estás divorciando, ¿no sería más fácil vivir simplemente de la pensión de tu marido? —preguntó con un tono ligeramente provocador. — Quiero decir, por su vestimenta y su postura, es evidente que es una dama de la alta sociedad.

Celina sintió que la sangre le hervía. Con voz firme, respondió sin dudar:

— Preferiría morir antes que depender de un hombre.

Thor arqueó las cejas, sorprendido por la respuesta.

— ¿Orgullo herido? —replicó desafiante.

Celina sostuvo su mirada.

— No. Solo quiero empezar mi vida de nuevo.

Thor se quedó en silencio durante unos segundos, evaluándola.

— Entiendo —dijo finalmente.

Pero algo aún le molestaba.

— ¿Tu divorcio ya se ha formalizado?

Celina frunció el ceño, empezando a sentirse incómoda con el rumbo que estaba tomando la conversación.

— Todavía no.

Thor se inclinó un poco hacia delante.

— Necesito a alguien que esté disponible para viajar y, inevitablemente, tendrás que viajar sola conmigo, tu jefe. ¿No será un problema con tu marido?

Celina tragó saliva al oír eso. La idea de estar sola con Thor en los viajes la hacía sentir incómoda, pero su situación no le permitía dudar.

—Exmarido —corrigió, seria—. Y no, eso no será un problema.

Thor la observó una vez más, como si quisiera asegurarse de que su decisión era definitiva.

—Ya hemos tenido una comunicación profunda y apasionada antes, y me has causado una impresión amplia y memorable. Así que estoy totalmente tranquilo al entregarte el trabajo de secretaria ejecutiva. Solo tengo algunas preguntas más que necesitan tus respuestas.

Antes de que ella pudiera responder, la puerta se abrió bruscamente.

—¡Amor! —una voz astuta llenó la sala.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP