Celina permaneció en silencio, respetando ese momento. Solo llevó la mano a su brazo y comenzó a hacer una caricia leve, como diciendo: "continúa, estoy aquí".
—Siempre fui muy decidido en todo —continuó él—. Cuando quiero algo, voy hasta el final. Y te quiero a ti. Quiero una vida contigo. La quiero aun con miedo, aun sin saber bien cómo hacerlo. Pero necesito saber si tú también quieres eso. De verdad. Porque ya no aguanto más sufrir por amor, Celina.
Hizo una pausa, y su respiración pesaba contra el cuello de ella.
—Tú estuviste casada. Estás en proceso de divorcio. Yo también tuve a alguien. Pero la diferencia es que la vida me quitó a Karina. A ella y a nuestro hijo. En una sola noche, lo perdí todo. La mujer que amaba y el bebé que soñaba con cargar. Fue una zancadilla, Celina. De esas que uno piensa que nunca se va a levantar más.
Celina apretó levemente su brazo, ahora con lágrimas en los ojos. Cada palabra de Thor era una herida abierta, pero también un paso hacia la sanac