Celina lo miró riéndose, y aun así, el corazón latiendo fuerte. Estaba nerviosa por lo que vendría, por la empresa, por lo que enfrentarían de ahí en adelante... pero ahí, en sus brazos, todo parecía soportable.

El elevador pitó indicando que llegarían al piso en pocos segundos. Él se acomodó el cuello de la camisa, se dio un ligero jalón al saco y la miró con una sonrisa de lado.

—¿Lista?

Celina respiró profundo, se pasó los dedos por el cabello, y soltó:

—Contigo... siempre.

Las puertas del elevador se abrieron lentamente con un sonido suave, revelando a Thor y Celina lado a lado. Él caminaba con postura firme e imponente, como siempre, pero había algo diferente en su semblante, un brillo en la mirada, cierto orgullo silencioso al tener a Celina a su lado. Ella, por su parte, caminaba confiada, a pesar del nerviosismo. Vestía ropa elegante, discreta y al mismo tiempo encantadora, con cabello suelto. Su perfume suave llenaba el aire alrededor de ellos.

Las primeras miradas comen