Al regresar a la casa de sus padres, Shahbaz Wahidi se conectó a la cuenta de correo ficticia electrónica, deseoso de leer los comentarios del Maestro sobre el sermón del imán Nasser.
Como él esperaba, el Maestro había escrito una larga y cáustica réplica sobre la débil interpretación del imán del Corán. Después de despotricar, el Maestro le dio a Shahbaz su primera tarea: acercarse a Mustafá Masoud en persona y preguntarle si podía descubrir el paradero de la hija del comandante.
Shahbaz se estremeció entusiasmado. Resultaba que sabía dónde trabajaba Mustafá: en el Wardman Park Marriot Hotel, como conserje.
Shahbaz se frotó las manos con anticipación. Toda su vida había soñado con castigar a Estados Unidos por publicitarse como la tierra de la libertad, el hogar de los valientes. ¡Bah! Aquí solo había conocido la injusticia y discriminación. Encontrarse bajo la guía del misterioso Maestro fue providencial, y ser elegido para tal tarea, un privilegio.
Se dispuso a escribir una respuest