Mundo ficciónIniciar sesiónEn la reserva, la llegada de los familiares de las jóvenes fue un momento de emociones intensas. Al verlas, sus rostros se iluminaron con un alivio indescriptible, mezclado con lágrimas de alegría y abrazos interminables. La felicidad de saberlas sanas y salvas venció al miedo de que todo pudiera ser una esperanza efímera. Al tenerlas frente a ellos, vivas, los temores desaparecieron y la calidez de las familias brindó un refugio reconfortante. Poco a poco, las jóvenes comenzaron a compartir lo que podían recordar.
—Señor, despertamos y nos estaban mudando… no éramos solo nosotras —relató una de ellas con la voz temblorosa. Pero se detuvo de repente, el miedo la paralizó y comenzó a temblar. Su padre, rápido, la abrazó con fuerza, ofreciéndole consuelo.







