3O3. LA EXTRAÑA CONFUSIÓN DE LA DETECTIVE MONTANA .
Desde que el doctor Félix y Clavel se reencontraron, no habían querido separarse. Ella había entregado oficialmente la responsabilidad de la granja a su hermano Gerardo, quien, al haber nacido y crecido en el campo, no tuvo ningún problema con ello. Era como si toda su vida se hubiera desarrollado en la finca Hidalgo, y muy pronto conocía a todos los trabajadores, dirigiéndolos sin dificultad. Además, su padre Camilo estaba tan feliz de tener un hijo varón que regresaba cada día a su casa para compartir con él.
Ese día habían regresado de un viaje al extranjero en el que Félix había asistido a una conferencia de salud. Antes de ir a su casa, pasaron por el hospital, y en ese preciso momento, Clavel se encontraba sentada en la cafetería, esperando a su prometido mientras tomaba un café, cuando sintió que le tocaban el hombro.
—¿Es usted Camelia Oduarte? —preguntó una mujer.
Clavel la observó sin responder; estaba vestida de uniforme y detrás de ella la seguían otros dos agentes de la p