311. LA SECRETARIA DE MARLON RHYS
Marlon se quedó pensativo, su mente trabajando a toda velocidad mientras intentaba ayudar a su hermano sin conocer su ubicación exacta. De pronto, una luz se encendió en su memoria: el yate familiar, esa joya tecnológica que había comprado para sus padres.
—Ari, escúchame bien, no llores, necesito que te calmes —intentó hablar serenamente y con firmeza, tratando de calmar a su hermano—. Estás en el yate familiar, ¿verdad? Todo está automatizado. Ve a la consola principal y pide al ingeniero que abra la puerta.
—No, no puedo involucrar a nadie más en esto —suplicó Ariel con desesperación—. Se lo prometí a Camelia. Por favor, debe haber otra manera, dame la contraseña para abrir las puertas.
—Señor Marlon —interrumpió su nueva secretaria—. Si me lo permite, puedo hackear el sistema del yate y abrir la puerta ahora mismo.
Marlon la observó con incredulidad. A pesar de la recomendación de su nana, dar acceso al sistema del yate familiar era una decisión delicada. Sin embargo, los sollozos