...
May tenía los ojos abiertos, fijos en el teléfono. Cuando este sonó, ella saltó fuera de la cama, lo cogió con ambas manos y se paseó de un lado a otro de la habitación antes de atreverse a abrir el correo.
La ansiedad la atrapó en cuanto abrió el correo.
"Señorita Lehner:
Por esta vez, pasaré por alto lo inapropiado de la hora y solo le diré que, sea lo que sea, lo averiguará mañana.
Saludos cordiales (sí, me gusta la cortesía)
May leyó varias veces el mensaje. Por a