Tengo prisa por casarme contigo.
Por la tarde noche los de Luca se marcharon a su mansión, Emma aunque estaba preocupada por su hijo, comprendió que debía darle espacio. Además su marido no iba a dejarla quedarse. El abogado padre no dormía por las noches si no estaba ella en su cama.
— Anda cariño, despídete de tu hijo, ya está en cama, tomó su medicamento y podrá descansar muy bien.
— Está bien, me voy tranquila porque sé que Fiorela está con él y lo cuida con mucho cariño. — La madre dió un beso en la mejilla a su hijo y tomó del brazo a su esposo.
Apenas salieron de la habitación, Fiorela comentó.
— Se aman mucho tus padres, ¿Cierto? ¿Creés que...?
— ¿Si nosotros vamos a ser así? No veo porque no, yo me veo contigo en mi futuro y toda la vida, ¿Tú qué ves?
— Yo... Me veo a tu lado aprendiendo cosas que no conozco, me veo teniendo a tus hijos, amándote, siendo compañeros de vida.
El abogado sonrió. Le gustaba que su prometida pensara de esa forma. El se la podía imaginar embarazada de su bebé.
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