Sergey e Isabella Atrapados infraganti.
Al día siguiente la asistente ojiverde no revisó su celular, su padre y ella salieron con rumbo a la clínica después de pasar por toda una osadía para bajar los escalones de la gran escalera que la mansión tenía.
— Papá, gracias por acompañarme al doctor, sé lo ocupado que estás últimamente.
— Eres mi princesa, estás lastimada, ¿Cómo no vendría a acompañarte? Por cierto querida, hoy tengo una cena con un CEO importante, me gustaría muchísimo que estuvieras presente. Grace también nos acompañará, sé que a veces es insoportable pero es importante para mí que esten en el comedor a las ocho de la noche.
— Papá, pero... mírame, no estoy en condiciones de asistir a ningún evento o cena. Estoy herida, papá — La linda jóven se hacía consentir por su amado padre. Ellos tenían una relación muy unida y llena de cariño.
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En la villa de Isabella, a ella se le había olvidado que la manija de la puerta de su habitación estaba dañada por tantos intentos de entrar de los trillizos,