Lo inesperado.
Llego la noche, Daniel tenía una importante reunión, Raquel prefirió quedarse en el hotel, se sentía un poco agotada, Daniel le prometió que volvería lo antes posible.
Uno de los empleados del hotel llegó a su habitación, un hombre de mediana edad, con el cabello cano.
-Señorita Collins, soy Antonello yo estaré a su servicio, el señor Stevenss me ha pedido que lo que necesite, lo tenga, solo debe llamar y estaré para usted.
-Gracias, por ahora no necesito nada, estoy bien Antonello.
-Señorita, sería mucho pedir que me firmara esta revista, mi hija siempre ve un poco de la semana de la moda por televisión y la vio desfilar, yo muy irresponsable le dije que usted estaba acá hospedada y me hizo prometer que le pediría su autógrafo, ella está en una silla de ruedas, sino le aseguro que habría evitado la seguridad del hotel con tal de conseguir su autógrafo.
Raquel un poco ruborizada, solo preguntó ¿señor Antonello, usted está seguro que es mi autógrafo lo que su hija desea?
-Si señorita C