—Su alteza, por favor… suéltela —Gerrard le pidió a Astrea.
También Kael se acercó sigilosamente a ella.
—Astrea…
Pero no hizo caso, puesto que la rabia estaba creciendo como en olas en ella. Gruesas lágrimas caían sobre su rostro, negó con la cabeza un par de veces.
—¿Por qué? —susurró sin dejar de mirar a Janeth y apretando un poco más fuerte su cuello, agregó: —Sería tan fácil matarte…
—No… lo harás —Janeth dijo de manera entrecortada.
—¿Cómo estás tan segura? —Astrea replicó bajando un poco para posar su frente con la suya.
—No está en tu naturaleza hacerle daño a los tuyos —respondió mostrándole los dientes, un gesto que significaba que aunque Astrea era más poderosa, ella merecía respeto.
Ella se sintió vencida y la dejó caer al suelo, en seguida Gerrard estuvo a su lado.
—Todo está por comenzar y nuestra Luna no sabe a lo que se está enfrentando —expresó Nyra un poco furiosa a Janeth.
—Mamá… —susurró Astrea.
Janeth cerró los ojos y una solitaria lágrima corrió por su meji