Los herederos tantean el terreno.
Por la noche los herederos ya estaban listos para ir a la fiesta, ellos vestían en un look casual que los hacía ver como dos chicos sumamente atractivos, pero fríos.
Entonces se escucharon dos pares de tacones bajar las escaleras, se podía mirar que las cuchas venían apuradas.
Alejandra vestía unos shorts negros, calcetas hasta los muslos, botas arriba de las rodillas y una blusa en tono morado, su peinado era una coleta, la parte de enfrente llevaba una tiara blanda con pequeñas piedras preciosas entrelazada en su cabello.
Los grises ojos de Rafael no podían mirar para otra parte que no fuera la linda ojiverde que bajaba apurada, ella lucía hermosa.
— Deja de mirar a mi hermana, eso es... Me asquea.
Murmuró Alexandro a su amigo.
— Si tú sigues mirando a mi hermanita te voy a sacar los ojos.
Alexandro por poco babeaba al ver bajar a la linda Emma, su cabello suelto se movía como en cámara lenta, su sonrisa era radiante, su mirada transparente y vivaz,
— No se vayan