La verdad sale a la luz.
Al poderoso jeque le importó muy poco bajar a su esposa de la pasarela y ponérsela al hombro cubriendo con su manos sus redondas nalgas para que nadie la viera, ya era suficiente el outffit revelador que le habían hecho ponerse.
Las mujeres dejaron escapar un, "Wow" Al ver el porte elegante del hombre que escapaba con la hermosa modelo. Incluso los que intentaron intervenir, les fue obstruido el paso por los guardaespaldas del millonario árabe.
— ¡Alejandro, bájame, estoy trabajando! ?Qué demonios crees que estás haciendo? ¡Me vas a hacer perder el contrato, deberías respetar mi profesión!
Monserrat luchaba como podía del fuerte agarre de su marido, pero este no cedía ni siquiera un poco, tampoco respondía a sus preguntas.
Un coche de alta gama ya los esperaba al salir del museo, el hombre la subió al auto con el mientras se le escuchó decir.
— Arranca, no te detengas ni en los semáforos en rojo. — Eso era lo que ordenaba el furioso árabe, estaba celoso, muy celoso de lo