La primera sorpresa para el ruso.
Un coche de lujo escoltado por dos autos delante y dos detrás de él, llegaba a un exclusivo restaurante occidental. En ese lugar se necesitaba al menos dos meses para hacer reserva con anticipación, Pero el Jeque no necesitaba de tanto, su palabra era poder.
El apuesto árabe vestido con un traje oscuro hecho a medida, guantes y abrigo, bajo para ayudar a su esposa a bajar de coche.
La bella modelo lucía elegante y hermosa, apenas entraron al lugar, las miradas de los caballeros se pasaron en la ojiazul, pero era una mujer que jamás podrían tener, toda su fortuna no les alcanzaba.
En cambio las féminas del lugar, posaron su mirada en el alto y apuesto hombre egipcio, Alejandro era un hombre impresionantemente atractivo, sus ojos verdes de mirada penetrante, lo hacían lucir misterioso y reservado.
— Tengo una reservación a nombre de Alejandro Ali. — Dijo el árabe a la mujer de la entrada.
— Por supuesto Jeque Ali, señora Ali, su mesa ya está lista, por favor acompañenme p