El ruso se sintió celoso, decir que no seria mentir, a la ojiazul le importaba demasiado ese Jeque, ¿Pero y él?

— Si, está herido, no iba a quedarme con los brazos cruzados para que me golpeara a su antojo, ¿Cierto? Cree que está en su país donde puede hacer lo que se le venga en gana.

— Lo siento, nunca quise provocarte problemas. Pienso que... Sería mejor que me vaya a un hotel, solo estoy perturbado tu vida pacífica.

— ¿Y qué te encuentre y te lleve al desierto egipcio sin dejarte opción? Lo que deberías de hacer es divorciarte de ese hombre infiel, él no puede quitarte tu libertad después de haberte traicionado.

— Lo sé, sé que debería comenzar el proceso de divorcio, pero ya dijo que no me lo dará, ¿Tienes una idea de lo poderoso que es? No creo poder...

— ¿Dime si quieres hacerlo? Yo puedo ayudarte, pero si quieres que ese árabe siga pisoteando tu dignidad fingiendo que no te hizo nada cuando tú misma lo viste teniendo sexo con tu prima, entonces no puedo hacer nada.