C89-LUNA LUMINISCENTE.

Anya corría sin mirar atrás y Aidan lloraba entre sollozos ahogados contra su pecho. Su respiración era un jadeo desesperado y cada paso era una lucha entre el miedo y la esperanza.

Detrás de ellos, los rugidos y las risas de Levi llenaban el bosque, siguiéndolos como una sombra que no se cansaba de cazar.

—¡No puedes correr para siempre, Anya! —gritó su voz, resonando entre los árboles—. ¡No hay lugar donde puedas esconderte de mí!

Ella apretó más fuerte al niño, ignorando el ardor de sus piernas. Su cuerpo apenas respondía, pero su instinto la empujaba a seguir.

—Resiste, mi amor, resiste... —susurró sin aliento—. Por favor...

Sin embargo, cada vez que se giraba, lo veía más cerca. Levi era rápido, más rápido que cualquiera de los lobos que lo acompañaban.

Y de repente, el suelo empezó a inclinarse, las raíces sobresalían como trampas, haciendo que el terreno se volviera inestable.

—Mami, tengo miedo... —dijo Aidan con voz ahogada.

—Lo sé, bebé... lo sé, pero