C53- ME CASARÉ CONTIGO.

Cassian fue el primero en reaccionar, pero esta vez no solo se levantó, rugió como un padre que estaba siendo arrinconado.

—¡No! ¡No voy a entregarte a Isabella!

Ailyn intentó tocar su brazo, pero él se apartó, respirando con dificultad, con los ojos llenos de un miedo claro: miedo a perder otra hija, miedo a fallar como padre otra vez.

—Cassian —dijo Aslan sin inmutarse—. Nadie está "entregando" a nadie. La promesa fue hecha y tu palabra sigue en pie.

—No. Acepté que Sofía se uniera a ti porque siempre fue más dura, más altiva, más rebelde... Pero Isabella... —la miró con culpa— es delicada. Débil.

Los ojos de Isabella se llenaron de lágrimas silenciosas. No era pena: era el viejo dolor de ser la hija segundona, la incapaz, la que nunca fue como Sofía, la que nunca rompió las reglas.

Aslan clavó la mirada en Cassian y su tono se volvió cortante.

—No estás escuchando. Esto no se trata de compensar pérdidas, se trata de mantener en pie alianzas y tu palabra no m