Esa noche la familia Volkov, no se marchó, los dos cachorros los detuvieron a todos, no se querían perder de pasar momentos con ellos, hacia muchos siglos que no había pequeños lobeznos en la familia, así que todos estaban emocionados
Por la madrugada, Adrien despertó, ella buscó a su Alfa, con la mirada, de inmediato reconoció que esa no era su habitación, el lobo, acababa de acostar a su cachorro en un moisés de repuesto que le habían comprado a Darío
— Drako...
— Hey... despertaste, ¿cómo estás, cariño? ¿cómo te sientes?
— Como si me hubiese arrollado un carruaje, me siento un poco débil y adolorida, tengo sed, dame agua por favor
— Claro, aquí tengo ya una jarra — El Alfa, sirvió un vaso y se lo acercó a su luna, él le ayudó a beberlo
— ¿Cómo está él cachorro? ¿cómo se ha portado?
— Bien, trae vueltos locos a todos, ahorita acaba de comer y lo dormí, ahhh... nunca me imaginé que nuestro hijo pudiera nacer aquí, no debimos venir estando tan cerca tu fecha de dar a