Gabriela, sostenía en sus brazos a su pequeña nieta, se había quedado dormida. Ángel se acercó.
—Deme a la niña.
—No, ella se queda conmigo.
—Permítame ayudarle
Gabriela le entregó con cuidado a la niña, juntos fueron a la habitación de la señora, acostaron a la pequeña en la cama.
La madre de Kate se pasó la mano por la cabeza, sentía un ligero dolor, aquel día había sido muy agitado para ella, estaba muy feliz de haber recuperado a su hija y sentía mucha dicha de saber que Katherine se casara con Fernando.
—Nuestra nieta es muy linda —comentó el señor García.
—Si Don Ángel, mírela parece un angelito. ¡Es tan hermosa! —exclamó orgul