La palabra perdón no existe en el vocabulario del frío, cruel y despiadado empresario Derek Anderson. Un hombre que solo tiene un objetivo en su vida, vengarse de Scott Hoffman, la persona que él cree es el único culpable de la muerte de sus padres y para aumentar todavía más su odio, la hija de ese hombre se ha convertido en la principal culpable de la muerte de su hermano pequeño, la única familia que le quedaba a Derek. Dominado por la sed de venganza Derek decide enamorar a la asesina de su hermano para después casarse con ella y destruirla junto con su familia orquestando la peor de las mentiras. Lo que Derek no se imagina es que el verdadero enemigo es otro y que Ava Hoffman, su odiada esposa, es una persona inocente en toda esta historia. ¿Qué pasará cuando Ava descubra que el hombre que duerme a su lado es su mayor enemigo? …¿Será Derek capaz de cumplir con su venganza o terminará enamorado de la asesina de su propio hermano?... Derek entenderá que el amor no lo perdona todo, mucho menos cuando lo utilizan para hacer daño y destruir.
Leer másAva estaba sentada debajo de la ducha mirando sus manos, sus brazos, piernas…todo su cuerpo lleno de hematomas que eran la prueba de que aquella terrible noche no había sido una pesadilla y junto con el agua se iba mezclando la sangre que todavía estaba pegada en su piel, y sabía que no era solo la suya. Era repulsivo ver su sangre mezclada con la de Otto Anderson, el hombre que había intentado matarla horas antes. Ella se llevó las manos a la cabeza y empezó a llorar, porque jamás en su vida había temido tanto por su vida y tampoco había tenido que luchar para seguir respirando.
Ella solo quería olvidar todo lo que había vivido en aquel callejón, pero un par de horas más tarde, cuando estaba en su cama, escondida debajo de las mantas y de su colcha como una niña, alguien entró a la habitación, sentándose a su lado en la cama y supo de inmediato quien era.
–Mírame a los ojos Ava. –Pidió Scott Hoffman viendo como su hija se agarraba a la colcha que su abuela había hecho para ella cuando todavía era un bebé. –¿Mataste a Otto Anderson? – Preguntó sin rodeos y solamente con mirarla a los ojos supo que no había sido ella.
Scott Hoffman sabía lo que quitar una vida humana podía llegar a hacer en el alma de una persona y aunque la mirada de su hija reflejaba el miedo y la desesperación que todavía estaba sintiendo, también podía ver que su alma seguía intacta.
–Sé que no fuiste tú, mi niña. –Murmuró Scott y Ava negó con la cabeza.
–Pero nadie puede saberlo papá. –Habló Ava con la voz rota refugiándose en los brazos de su padre. –Otto Anderson iba a matarme y ella lo mató para protegerme, pero todos deben pensar que fui yo, porque ella no puede tener más problemas con la policía. Nosotros le prometimos que ella y su hija estarían a salvo y debemos cumplir con esa promesa. –Suplicó y Scott asintió acunándola en sus brazos. –Prométeme papá, necesito que me prometas que todos seguirán pensando que yo maté a Otto Anderson, prométemelo papá.
–Te lo prometo mi niña, nos llevaremos esta verdad a la tumba. –Contestó Scott y Ava se deshizo a llorar en la seguridad de los brazos de su padre, pero al otro lado de la ciudad en el tanatorio de Griffin, las lágrimas de otra persona también brotaban sin parar, pero él no tenía un padre para consolarlo.
Derek tenía la cabeza apoyada en la frente de su hermano…del cadáver de su hermano pequeño mientras lloraba negando con la cabeza, sin poder creer en lo que estaba viendo.
Sentir su piel tan fría y sin vida era como recordar la noche en la que sus padres habían fallecido. Era como volver a revivir toda la impotencia que había sentido al ver como su madre agonizaba en el asiento del copiloto, después de aquel terrible accidente, sin que él pudiera hacer nada para ayudarla. Una vez más no pudo proteger a una persona que amaba.
–Dicen que Ava Hoffman lo mató para defenderse. –Murmuró Edgar sintiendo como la ira recorría su cuerpo viendo a su sobrino sin vida, tumbado en aquella fría camilla de acero con una herida de arma blanca en el cuello.
–Y al parecer es cierto, hay pruebas suficientes para cerrar la muerte de Otto como un simple caso de legítima defensa. –Respondió Reich, el hombre de confianza de Derek
–Esa mestiza mató a mi niño. –Escupió Edgar mirando el cuerpo de Otto. –No nos importa sus motivos, esa perra debe pagar por la muerte de tu hermano Derek.
En aquel momento Derek consideró que los Hoffman eran una maldición en su vida. Por culpa de Alice Johnson y Scott Hoffman su familia había sufrido un accidente automovilístico que se había cobrado la vida de sus padres, dejándolo a él y a su hermano huérfanos, cuando todavía eran unos niños.
Derek empezó a golpear la camilla con rabia hasta sacar sangre de sus nudillos y cuando su tío intentó acercarse a él, Derek gritó.
–¡¡No te acerques!! –Derek abrazó el cuerpo de su hermano entre lágrimas y se fijó en el anillo que Otto llevaba puesto, el que había sido de su abuelo. Entonces lo sacó, lo puso en su dedo y después besó la cabeza de su hermano jurándose a sí mismo que Otto sería vengado.
–¿Qué quieres hacer Derek? –Preguntó Edgar furioso. –Lo que decidas se hará. ¡Dime que es lo que quieres hacer para vengarte de los Hoffman, para que paguen por esto!
Derek se giró para ir hacia la puerta ignorando las palabras de su tío y Edgar lo agarró del brazo.
–¿Qué es lo que vas a hacer?, dime para estar preparado.
–¡Reich! –Exclamó Derek llamando a su mano derecha sin apartar la vista de la mano de Edgar que estaba en su brazo.
–¿Señor? –Contestó poniéndose en postura militar, listo para atender las órdenes de su líder. Y si Derek le ordenase que matara a alguien, Reich lo haría sin vacilar.
–Envía a la familia Hoffman ciento dos rosas rojas. –Pidió y Edgar sonrió con satisfacción, porque sabía lo que significaba aquella cifra.
—Catorce más ochenta y ocho. —Murmuró Edgar sonriendo con malicia deslizando su mano por la de Otto.
–Junto con las rosas una nota con un pedido de disculpas por parte de la familia Anderson, quiero que pongas que no estábamos de acuerdo con las actitudes y malas decisiones que había tomado mi hermano. También debes poner que deseamos que Ava Hoffman se encuentre bien y que estamos a disposición de ellos para lo que haga falta. –Continuó Derek y de repente la cara de felicidad de Edgar cambió.
–¡¡¿Vas a pedirle perdón a esa perra?!! –Exclamó Edgar furioso y Derek le echó una mirada asesina.
–¡Eres mi tío Edgar, pero que sea la última vez que vuelvas a abrir la boca mientras que estoy dando una orden! –Escupió Derek y Edgar bajo la cabeza contrariado, no le podía molestar que su sobrino actuase como él le había enseñado, con mano dura, pero tenía que saber.
—¿Entonces esto se quedará así? —Murmuró Edgar indignado. — ¿No cobrarás venganza por la muerte de tu hermano?
–La venganza es un plato que se come frío tío y eso es exactamente lo que pienso hacer. Lo dejaré enfriarse hasta que se congele para que cuando llegue el momento pueda disfrutar de la destrucción de mis enemigos con placer. –Contestó Derek con un tono frío y Reich, que era una de las personas que mejor lo conocían, sabía que estaba roto por dentro, pero aun así no estaba dispuesto a demostrarlo. Derek era un soldado frío y calculador que estaba preparándose para la guerra.
Cómo volver loco a mi guardaespaldas:Sinopsis: Reagan Anderson tuvo que soportar el rechazo y la humillación del hombre que había amado durante toda su vida y también creyó que él traicionado su confianza. Pero lo cierto es que el único crímen de Reich Vandrell fue intentar alejarla de él por ser la hija de su mejor amigo y el hombre que le había salvado su vida. El despreció el amor de la chica cruelmente, pero después de perderla la vida de Reich se sumergió en un mar de tristeza, vacío y desolación. Hasta que descubrió que estaba viva. Decidido a salvarla y regresarla a su padre, Reich acepta trabajar como guardaespaldas del hombre que secuestró a la chica y así poder acercarse a ella... Pero no sería tan fácil. Reagan no confiaría en él y lo peor...la niña había crecido convirtiéndose en una tentación para el guardaespaldas. ¿Será Reich capaz de recuperar su confianza y salvarla o Reagan terminará volviéndolo loco de amor y deseo por ella? Capítulo 1.Dos años antesEra la se
Dos semanas después de aquella propuesta de matrimonio, Derek y Ava se dedicaron enteramente a adaptarse a su nuevo hogar, planear los preparativos de la boda íntima que deseaban para celebrar su amor y Derek poco a poco empezaba a retomar sus negocios a distancia.La rutina perfecta para Derek era despertar a primera hora, salir a correr y hacer ejercicios en el gimnasio que había montado, antes de que de sus pequeños demonios despertasen dando guerra.Era un hombre feliz que estaba viviendo la etapa más bonita de su vida, pero aún así le faltaba algo.Cada vez que Derek bordeaba la isla pensaba en Reagan y en lo mucho que a su hija le hubiera encantado aquel lugar, pero ella ya no estaba.Derek afrontó el dolor de haberla perdido pensando que su niña era un ángel en el cielo ajena a todas las maldades que había en el mundo, que posiblemente estaría más feliz.Cuando Derek regresó a la casa todo seguía tranquilo como él había dejado. Entonces subió a la habitación de sus hijos antes
Ava no entendió absolutamente nada de lo que Derek había querido decir con “pequeño paraíso” y se quedó en shock cuando sus padres empezaron a sacar sus maletas para enviarlas al aeropuerto. Una clara señal de que estaban compinchados con Derek.En el jet también estaban Scott y Alice que decidieron acompañar a la pareja seguros de que iban a necesitar algo de ayuda y también porque se negaban a separarse de sus pequeños demonios que tenían a los abuelos embobados.Derek puso una venda en los ojos de Ava antes de llegar a su destino. Ella había pasado todo el vuelo quejándose, maldiciendo y hasta amenazando al padre de sus hijos. Pero cuando llegaron a ese paraíso que Derek tenía reservado para ellos su malhumor pasó por la impresión.Ava bajó del jet en los brazos de Derek y cuando tocó el suelo él quitó la venda de sus ojos.Ella miró el lugar donde estaban impactada y al mismo tiempo embelesada con la belleza de la isla. El clima era cálido, podía sentir el olor del mar y el ambien
Dos meses después.Ava lloraba escondiendo el rostro en el pecho de Derek que la abrazaba mientras presenciaban aquella triste despedida.—No entiendo porqué tiene que marcharse amor, he pasado toda mi vida aferrada a él y ahora cuando finalmente soy feliz, mi tío tiene que irse. —Murmuró Ava y Derek apoyó la barbilla en su cabeza.—Por desgracia esta nueva etapa de la vida de Alice no es compatible con la de un mafioso como el armenio y eso él lo sabe muy bien. —Explicó Derek para consolarla. —Cuando Alice llegué a Gobernadora todos sus enemigos buscarán cualquier mancha en su vida para atacarla y la relación de los Hoffman con Víktor Torosyan es algo que muy pocos podrían llegar a entender, sobretodo la opinión pública.—Mi tío Víktor no es una mancha en nuestras vidas. —Dijo Ava con vehemencia levantando el rostro para verlo. —Fue nuestra luz al final de túnel infinitas veces, mi tío fue mi ángel de la guarda en distintas ocasiones y no es justo que tengamos que perderlo.—No lo va
Una hora después Ava entró en un restaurante muy refinado del centro y una mujer seria con postura rígida lo llevó directo a una sala privada.Ava no podía dejar de fijarse que todo el lugar tenía un toque de misterio y Derek no le decía nada. No le daba ninguna explicación de adonde la estaba llevando.En la sala Ava se impresionó al ver una mujer rubia muy bien vestida y extremadamente bella esperando por ellos, también sintió una punzada de celos cuando Derek besó su mano mientras que la mujer solo la miraba con atención.—Ava Hoffman, es un verdadero placer conocerte. —La saludó Natasha y Ava la miró con desconfianza. — Derek me ha contado lo que hiciste la noche en la que nacieron tus hijos. — Natasha le ofreció un asiento. —Eres una mujer admirable, Derek tendrá que hacer mucho mérito para merecer a una guerrera como tú.—Ya lo hizo, por eso es el padre de mis hijos. —Afirmó Ava y Natasha sonrió. —Veo que usted sabe mucho sobre mí, pero yo no sé quién, ni qué estamos haciendo en
Ava no supo en qué momento se subió al auto de Derek, ni cuándo llegaron a la casa. Ella estaba sumergida en el deseo de volver a entregarse a él. No podían dejar de besarlo y conducir con ella en su regazo fue una tarea casi imposible para Derek. La erección que llevaba un año esperando por su mujer no le permitía pensar o hacer nada con claridad.—Tenemos muchas cosas de las que hablar…me tienes que explicar dónde has estado, cómo has escapado… –Murmuró Ava sin apartar la boca de los labios de Derek que la ayudaba a desnudarse.—Te explicaré todo luego, pero ahora te necesito. – Habló Derek con la voz ronca y la respiración acelerada lamiendo su cuello y apretando su trasero.La casa en la que Derek estaba viviendo se ubicaba a las afueras de la ciudad entre las montañas, Ava se quedó maravillada al pasar por el umbral de la puerta. La residencia no era enorme, tampoco era demasiado lujosa, pero había una enorme pared acristalada que les brindaba unas vistas espectaculares y la niev
Último capítulo