Capítulo 29.

El señor Linden se pegó a mis talones en los siguientes minutos mientras ladraba órdenes tanto a las panteras como a sus pumas para que le informaran si alguno de ellos estaba herido de gravedad.

Colin se acercó para decir que sobrevivirían, pero lo hizo con una enorme sonrisa a pesar de que su Alfa estaba en mis brazos sangrando y algo inconsciente para este punto.

Yo no estaba entendiendo nada, pero lo postergué. No era mi asunto principal el que me contara cuál era el jodido chiste por el que estaba tan feliz.

-¿Tienen algún médico en esta manada? - Preguntó el señor Linden a algunos pumas trajeados.

-Tenemos uno.

Silencio.

Linden arqueó una ceja cuando no movieron sus culos peludos para ir a buscarlo o no le dijeron en dónde estaba. Ellos solo me miraron a mí como si esperaran mi permiso o alguna mierda.

-¿Por qué me miran? - Dije molesta. - ¡Vayan por el jodido médico!

Y solo así comenzaron a mover sus patas.

La abuela se acercó y miró hacia Esteban.

-Pobre chico. - Luego me mir
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