Me detuve en la puerta, por primera vez en mi vida sin saber qué hacer. Durante diez años había planeado la venganza perfecta contra Ernest Abertton. Tuve que rastrear toda su vida, día a día, hasta que llegué a la conclusión de que ya conocía su punto débil: Olivia, la hija mediana, la bastarda, que llegó a su vida a los diez años.
Segura de que nunca me uniría a un Abertton, encontré mi mejor opción en Jorel. Mi hermano era el tipo de persona a la que no le importaba nada más que él mismo. Él haría sufrir lo que Ernest Abertton más amaba, que era su hija. Y es que nunca imaginé ver a mi hermano vivir sin bebida, mujeres y drogas. Y finalmente, descubrí que además de todo lo malo, también era adicto al juego. Una gran combinación de cosas malas que iba perfectamente con la "niña de papá". Y lo mejor: aunque se apellidaba Clifford, no valía nada. Jorel sólo aparecía en los medios porque era mi hermano, porque estaba relacionado conmigo.
Así que juntar a un Abertton en bancarrota y a u