Cuando llegué a la casa, estaba jadeando. Y no me ponía así por correr, ya que tenía la costumbre de hacer ejercicio todos los días. Pero correr con traje y zapatos era sencillamente lo más difícil de hacer.
Tiré la americana y me deshice de la corbata. Pateé la puerta con todas mis fuerzas y, al abrirla, me encontré con Olivia y Rowan en la sala principal.
Como no esperaba encontrarlos allí y entrar tan fácilmente, permanecí inmóvil durante unos minutos. Fue entonces cuando Rowan consiguió sorprenderme sacándose un revólver de la cintura y apuntando a Olivia.
Sentí que me temblaban las piernas y que el corazón me latía en cada vena del cuerpo.
- Déjala ir", le pedí. "Ella no tiene nada que ver con todo esto.
- ¿Qué quieres decir, Gabe? - Rowan soltó una carcajada desenfrenada.
- Sé un hombre por una vez en tu vida, Rowan.
- Siempre lo he sido. Eras tú quien no sabía serlo.
Di un paso adelante, entrando en la casa, lo que hizo que Rowan se asustara, cogiendo a Olivia del pelo y ponién