Tragué saliva al encontrarme con la mirada desesperada de Jai. Rose miró a su marido y luego a mí:
- ¿Estás... ¿Estás loco? - se rió, confusa.
- No, no lo digo. No debería haberlo dicho, pero ahora ... Así que sí, es cierto, Jai es nuestro hermano.
- Si no tengo hijos fuera del matrimonio -Rose continuó aturdida, mirando a la nada-, entonces... - Volvió a mirar a mi padre.
- ¿A qué se refiere? - Rita se sentó en su silla, incrédula.
- Vamos, Jai - le miré fijamente - Todo el mundo sabe ya la verdad... Ahora depende de ti.
Mi hermano se limitó a asentir, sin saber por dónde empezar. El silencio se apoderó de toda la casa, recordando al que se produce antes de una tormenta, como si una nube oscura estuviera a punto de descargar un torrente.
- Realmente soy tu hermano. - Jai miró a Rita y luego a Isabelle, que sonrió, pareciendo asimilarlo todo más consciente y rápidamente que los demás.
- ¿Cómo? - quiso saber Rose.
- Fui adoptada recién nacida por una buena familia... que me dio amor, c