Drago:

Dos días después.

Hoy empezó el entrenamiento de Samantha, para ser sincero me sorprendió mucho que ella me pidiera que la ayudara con defensa personal y armas, debo decir que mi muñeca es una caja de sorpresas. Hoy comenzaré con la práctica más básica, observando cómo ella se recogía el cabello y calentaba sus piernas. Sabía que estaba nerviosa, por lo que me gustaría ser suave con ella.

Ella subió al ring y yo le puse los guantes y el protector en la cara, Samantha estaba en buena forma así que no era tan necesario ponerla a hacer ejercicio, si podía conmigo en la cama, podrá en el ring.

—Estoy lista. —dice, puedo notarla nerviosa o ansiosa, pero decidida a la vez.

—Me gusta tu entusiasmo muñeca —ella asintió orgullosa—, bien coloca los brazos de esta forma —le enseñé cómo debe hacerlo—, así cuando la persona quiera atacarte, puedas defender tu rostro, ¿lista? —ella asintió.

Le lance el primer golpe de forma suave y supo esquivarlo, fruncí el ceño al verla contenta, la to