—Gracias a ti... por aceptar estar aquí —me decía, y llenaba mi corazón de alegría.
—Agradezco tanto que haya sido tú quien haya ganado —le confesaba, y él acariciaba mi cabello, colocando un mechón detrás de mi oreja.
—Estaba desesperado, temía no encontrarte. Realmente pensé que estabas en probl